17 julio 2010

La Antigua Tebas

En el lado oriental del Nilo se encuentra la ciudad propiamente dicha,la antigua Tebas y que hoy conocemos con el nombre de Lúxor. Se trata de una ciudad abarrotada y ruidosa que conserva, sin embargo, gran parte de los monumentos que nos hablan de su glorioso pasado. Llamada Waset por los antiguoes egipcios, también es conocida como la ciudad de las "cien puertas" como la denominó Homero, por la gran cantidad de puertas abiertas (posiblemente pílonos) que se encontraban en esta ciudad. Más tarde, los árabes la llamaron "Al Uqsur" (del que deriva su actual nombre, Luxor)o "ciudad de los palacios", en referencia a los majestuosos monumentos que hasta la década de 1930, se encontraban semienterrados en la arena. El nombre de Tebas se lo dieron los griegos y proviene del término Ta-ipet-sut que era como se conocia al santuario de Amón en Karnak, que se encuentra al norte de la ciudad.
Fué capital del Antiguo Egipto durante el Imperio Medio y el Imperio Nuevo y Diodoro Sículo la describió como una gran ciudad repleta de "inmensos edificios, templos espléndidos y otros adornos[....] que hacen de Tebas, la ciudad más opulenta, no solo de Egipto, sino de todo el mundo antiguo".

Calesas y barcos de crucero forman la estampa habitual de la moderna Luxor












Y es en esta antigua ciudad de Tebas, donde se encuentran los grandes recintos templarios de Karnak y Luxor. En ellos se rendia culto a la Triada Tebana formada por el dios Amón, su esposa Mut y el hijo de ambos, Khonsu. Estos templos, distantes entre sí unos tres kilómetros, estaban unidos por una avenida de esfinges que en la actualidad está siendo excavada y restaurada.
Hoy dia cuesta trabajo hacerse una idea del antiguo esplendor que debió tener la ciudad, dado que ordas de turistas, taxis,y coches de caballos que una y otra vez, hacen resonar sus bocinas, abarrotan sus recién asfaltadas calles, y las tiendas y bazares dedicados a la venta de souvenirs para el turismo, se encuentran por doquier.

Sin embargo, todo este ruido y ajetreo desaparecen cuando uno se encuentra ante los Colosos del templo de Luxor, o entre las enormes columnas de la sala Hipóstila de Karnak. De repente, toda la antigua magneficencia de estos edificios del pasado más glorioso de Tebas, nos susurra al oido y nos sobrecoge el corazón, a la vez que nos hace sentir tan pequeños e insignificantes.... Y un nudo en la garganta nos ahoga, y sólo queremos permanecer allí, contemplándolos indefinidamente, como si con ello, esperáramos ver aparecer a toda la corte de faraones, sacerdotes, escribas, realizando cada uno sus tareas, y que en su dia, hicieron de estos lugares los más imponentes y sagrados, dotando con ello a la antigua ciudad de Tebas, de un prestigio y grandiosidad hasta entonces desconocidos en el mundo.

Los templos de Lúxor y Karnak nos permiten adivinar el poder y esplendor de la antigua ciudad de Tebas











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